Cuando el destino nos alcance
Suena a película blandurria y romanticona con Meg Ryan y su inseparable galán de turno (pongamos que toca Tom Hanks), con fantasma y amor que supera a la muerte, pero no. Nada que ver. Es el título de una excelente cinta en general, y diría, sin ser un experto, que es una obra maestra de la ciencia ficción de los años setenta.
Es una de esas pequeñas joyas que te encuentras sumergiéndote en la ingente base de datos de peliculayonkis.com y rebuscando, rebuscando muy bien. Una de esas que te llama la atención, seguramente por su pinta rara, harto de ver clásicos y las 1000 películas que debes ver antes de morir. Ligera, pero entretenida y con un gran guión que te engancha y te hace pensar.